El imparable crecimiento de la inflación durante los últimos meses ha puesto en jaque tanto al comercio minorista como a unos consumidores que luchan contra los crecientes costes de los alimentos, la vivienda y el combustible. Esta creciente presión sobre la población coincide con el hecho de que el hurto se ha disparado en lo que llevamos de 2022, lo que ha empujado, según la compañía de referencia en soluciones tecnológicas antihurto, Checkpoint Systems, a un incremento de la demanda de sistemas para la protección de tiendas y grandes superficies.
Más concretamente, la inflación en España ha alcanzado el 10,5%, agudizando un verano marcado por las cifras récord alcanzadas por este termómetro del coste de vida de nuestra sociedad. El dato casi triplica la inflación del mismo período de 2021 (4%) y sitúa al país peninsular por encima de la media europea en un mes donde la tasa de la inflación interanual de la eurozona alcanzó un inédito 9,1% en agosto afectando a todas las economías del viejo continente e impulsada por el encarecimiento de la energía y los alimentos y las tensiones en la cadena de suministro.
Los productores de alimentos y bebidas de la zona euro ya han aumentado los precios de su mercancía en una media de un 14% desde principios de 2021, y las subidas de precios más fuertes se han producido entre los productos de la vida cotidiana, como los aceites y las grasas (+53%), las harinas (+28%) y la pasta (+19%). Sin embargo, esta escalada aún no la han implementado en su totalidad los minoristas de alimentos, que tan solo han incrementado un 6% sus precios, lo que implica que los hogares europeos aún tendrán que afrontar más subidas del coste de la cesta de la compra en la segunda mitad del año.
Esto se traduce en que, según un estudio encabezado por Allianz, los alimentos costarían a cada consumidor europeo alrededor de 243 euros más al año por la misma cesta de productos que en 2021. Una coyuntura crítica que, tal y como señala un reciente informe de Bloomberg, puede ser la causa principal de un repunte de hurtos y robos en tiendas, como sucedió "la última vez que los consumidores se vieron sometidos a una gran presión a raíz de la crisis financiera de 2008, en medio de la pérdida masiva de puestos de trabajo y el aumento del precio de los alimentos y el combustible".
El hurto crece un 44,6% en 2022
De hecho, el incremento del hurto en España en los últimos meses ha sido dramático. Según los datos aportados por el último Balance de la Criminalidad del Ministerio de Interior (informe), durante el primer semestre de 2022, se produjeron 306.269 hurtos, lo que supone un 44,6% más de hurtos frente al mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 211.787. Esto supone un notable incremento que sitúa al hurto como el delito más recurrente en el territorio nacional, con una notable diferencia frente al segundo de la lista, el robo en domicilios.
Sin embargo, los analistas del sector minorista también han advertido que los niveles de hurto organizado han aumentado a nivel europeo. Hurtar para revender. Estas tendencias ya golpearon a la industria en épocas anteriores de austeridad y recesión económica, lo que supone una lectura sombría para los minoristas. Como detallan desde Checkpoint Systems, esta situación ha empujado a los retailers a reforzar la seguridad para limitar los daños causados por las pérdidas en el comercio a través de un análisis exhaustivo de la protección de los productos de mayor hurto, así como en la formación de los dependientes con el fin de aumentar la calidad de la misma.
A esto hay que sumarle una nueva tendencia dentro del hurto ya que, mientras que los ladrones organizados o experimentados tienden a centrarse en los productos de alto valor que pueden vender -como el alcohol, las maquinillas de afeitar o los productos electrónicos-, los minoristas han observado un notable aumento de los nuevos ladrones que roban artículos cotidianos de bajo valor.
Esta tendencia está llevando a los comercios a instalar dispositivos antihurto en productos básicos, pero con un alto índice de hurto. Hoy más que nunca, el etiquetado en origen -colocar la etiqueta del producto de forma automática en el punto de fabricación- es clave. A partir de esta solución se logra una protección 100% de las referencias, los productos llegan listos para su venta, la etiqueta no interfiere en la imagen de marca y, además, los empleados tienen más tiempo para dedicarse a vender.
Protección antihurto ante el aumento del crimen organizado
Para hacer frente a esta coyuntura, la tecnología se ha aliado con los minoristas para proteger sus productos. Según revela la firma de soluciones antihurto y RFID, Checkpoint Systems, cada vez son más los minoristas que optan por incluir soluciones como antenas de seguridad, que alertan a los empleados de posibles hurtos, dentro del diseño de las tiendas para integrarlas en la experiencia de compra de los clientes al mismo tiempo que se protegen contra los delincuentes.
“A pesar de que la tecnología cada vez es más sofisticada y permite establecer mejores medidas de seguridad en las tiendas, los delincuentes siempre están buscando formas de adaptarse para burlarlas. Esto pone en relieve la capital importancia de implementar soluciones de disuasión y protección para los productos y los beneficios”, explica Emanuele Soncin, Unit Business Director de Checkpoint Sytems en España.
Las antenas de radiofrecuencia más recientes vienen ahora con mayores alcances de detección, algunos de ellos de hasta 2,70 metros. Esto significa que los pasillos y entradas más amplios que históricamente eran difíciles de proteger ahora se pueden asegurar. Los diseños innovadores, como el galardonado NS40, también permiten a los minoristas una protección integrada a la caja. Esto no sólo añade una capa adicional de seguridad, sino que, alerta con mayor antelación un posible hurto.
Checkpoint Systems destina gran parte de sus esfuerzos a mantenerse en la vanguardia tecnológica para ofrecer los mejores servicios a los minoristas. Para ello ofrece un servicio personalizado a las necesidades de cada establecimiento para pertrechar sus accesos y productos con antenas y etiquetas de seguridad con el objetivo de prepararlos con el uso de la tecnología para reducir los índices de hurto y mejorar sistemas como el inventario a través del RFID.